martes, 16 de febrero de 2010

Sitio web

A partir del 15 de febrero de 2010 te

invito
a visitarme en la página web:

www.lapiedrasonriente.com.ar

sábado, 22 de agosto de 2009

Cosas que pasan




El domingo 16 de agosto estuve narrando cuentos en el espacio cultural "Cosas que pasan".

miércoles, 29 de abril de 2009

Feria del Libro 2009

Ayer estuve narrando en la Feria del Libro, invitado por UDA (Unión de Docentes Argentinos)


viernes, 29 de agosto de 2008

Una foto con Manu


En ocasiones, los adultos que acompañan me sacan una foto después de una presentación. Analía no sólo sacó la foto sino que me la envió por e-mail. Gracias Analía!

viernes, 8 de agosto de 2008

martes, 5 de agosto de 2008

ANÉCDOTAS





Muchos de los cuentos que narro son participativos, a medida que los voy relatando les hago preguntas a los chicos e introduzco sus respuestas en el argumento. Esto les provoca mucha alegría y a mí me sorprende y me divierte mucho también. A partir de su espontaneidad, se generan momentos de gran ternura:

Estoy narrando para un grupo de espectadores de 5 años de edad promedio, en el cuento un mono se está preparando para ir a visitar a una mona muy especial: se pone su mejor ropa, se perfuma y se peina. Al preguntar: “¿adivinen a quién va a visitar el mono?”, la mayoría de los chicos responde: “a su mamá!”.

Durante un espectáculo con otro grupo un poco más grandecito, estoy narrando un cuento donde aparece un genio maravilloso dispuesto a concederles un deseo, “¿qué pedirían?”- les pregunto, obteniendo variadas respuestas:
- Caramelos!
- Una pelota!
- Figuritas!
- Una Ferrari!

En uno de los cuentos que narro un hombre cree haber comprado un retrato mágico cuando en realidad se trata de un espejo. Esto suscita varios malentendidos. En un momento dado, su mujer ve su rostro reflejado y cubierto de lágrimas. Al llegar a esta parte, una nena se me acerca compungida diciendo: “no llores más, ¿querés un caramelo?”

Varias veces reconozco entre el público a familias que ya han venido a ver el espectáculo en otras ocasiones. Una tarde, mientras ingresaba al auditorio un grupo de gente, se adelantaron dos nenas. La mayor -tendría unos tres años- traía a la otra de la mano. Mientras pasaban al lado mío la más grandecita, muy pispireta, me dijo: “hoy traje a mi prima”.